lunes, 3 de octubre de 2011

Estar contigo

La humedad en estas latitudes asfixia pero estás a mi lado y eso es lo que importa. Te escondes otra vez bajo las sábanas de la cama, me zambullo dentro de ellas pero te escabulles con una risita pícara. El ventilador del techo ha dado la vuelta 1 millón y tu cabeza asoma por lo que queda del embozo, buscando el aire que sus aspas reparten alegremente por la habitación. Tras la mosquitera se oye aullar al mono que todas las mañanas nos saluda con su gutural grito desde el fondo de la selva. Me acerco a la ventana y le replico imitando su aullido. Vuelves a sonreir. No quiero que esto se acabe nunca.


Só tinha de ser com voce.

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