miércoles, 13 de julio de 2011

La electrónica al servicio del pop

Que la estética y la música van estrechamente unidas es evidente desde el principio de los tiempos. Los cantantes y las bandas no solo deben gustar por los temas que interpretan sino también deben marcar tendencia con su imagen. De hecho, son muchos los grupos o solistas a los que importa más esto último que su calidad artística; el continente por encima del contenido. Pero esa es otra historia.
Kraftwerk lo anticiparon hace varias décadas. A su indudable visión anticipada del uso de las máquinas para hacer música popular unieron un sentido de la estética casi marcial. Uniformados y peinados al estilo de los años 30, recreaban ese aire moderno y constructivista que había influído en las vanguardias de entreguerras. Hieráticos, oscuros, serios, robóticos en ocasiones, con un aspecto a medio camino entre agente de la Gestapo y de la Checa, el cuarteto teutón desgranaba melodías sintéticas como una auténtica Central Eléctrica (traducción al español de Kraftwerk).
Años después, los herederos de los alemanes tomaron el testigo de la música electrónica suavizando las formas marciales y dando lugar al llamado synth-pop, representado principalmente por New Order o Depeche Mode, entre muchos otros. Estos a su vez fueron los referentes de muchas otras bandas y la electrónica se convirtió en un estilo propio dentro de la música moderna. Hasta hoy.
Pero a principios del S.XXI alguien volvió la mirada atrás. Había que recuperar sonidos y estéticas de otras épocas y darlas un toque contemporáneo. No se trataba sólo de desempolvar viejos sintetizadores y las bases programadas, también había que volver a las camisas bien planchadas, trajes oscuros, pelo engominado, movimientos pausados, miradas inquisitivas, aire distante, belleza gélida...
La estética marcial y uniformada, a lo malote años 30, volvía por sus fueros en una refundación de la Electrónica al servicio del Pop: habían nacido la Indietrónica y el Electroclash.
Ladytron son su máximo exponente; ved y oid cómo cumplen a rajatabla con el canon indietrónico en un tema con título inquietante: "Destroy Everything You Touch".


Ya lo decía Lemmy, los malos siempre visten mejor.

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