martes, 19 de julio de 2011

La Grande Boucle

Los que somos aficionados sabemos que así también se conoce a la más dura y famosa carrera ciclista: el Tour de Francia. Es la Gran Vuelta donde la épica, la epopeya, el esfuerzo supremo y la dulce victoria conviven con el cansacio atroz, la dura climatología, el peligro y, salvo unos pocos elegidos, la atroz derrota. A los que nos gustan las bicis (verlas correr y también montarlas) nos encanta el Tour en el que aparte de la emoción en sí de carrera, nos hacen un recorrido turístico de tres semanas mostrándonos un país fascinante, variado, rico, vivo. No es extraño que teniendo lo que tienen, los franceses inventaran el Chauvinismo: ese arte de venderse como lo mejor del Mundo o lo que es lo mismo, ese estar encantado de conocerse a sí mismo. Por si hiciera falta, fuera de Francia hay grandes apologistas de lo francés, y hay pocas cosas tan francesas y tan bellas como Le Tour. Hace años que Kraftwerk lo vienen diciendo.



Ver el Tour son todo ventajas. Incluso a los que no les gusta, les facilita unas espléndidas siestas. Allá ellos.

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