viernes, 8 de julio de 2011

Tómate esta botella conmigo

Dicen que el amor ha inspirado más canciones que cualquier otro sentimiento, pero el desamor ha creado prodigiosas obras musicales. Y cuando se trata de cantar al desamor hay alguien que llega a lo sublime. Sí amigos, estamos hablando del inigualable José Alfredo Jiménez, un tipo que antes de cantante y compositor fue futbolista y llegó a jugar como portero en un par de equipos de 1ª división en México. Un tipo que no tenía ni idea de música y que ni siquiera sabía tocar un instrumento, pero que compuso (dicen) más de mil canciones que él mismo cantaba y que otros también interpretaban. Un tipo que vivió su vida rápida y literalmente a grandes sorbos, sobre todo de tequila, y que muríó con solo 47 años de cirrosis hepática. Un tipo que dejó un legado universal y que todos los que alguna vez, estando bebidos, hemos escuchado uno de sus geniales temas sobre lo jodido que le ha dejado una mujer, nos hemos identificado con él. Nadie ha descrito mejor que José Alfredo ese estado en el que te sientes la última mierda sobre la faz de la Tierra.



Aunque tampoco es necesario estar con la peda para emocionarse con este cabrón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario