martes, 9 de octubre de 2012

Me alejo de ti para que sepas quien soy

Andrés Nogales Maldonado, apostado tras una gran piedra en lo alto de una loma que dominaba toda La Raya, pensó que esa era la última vez en mucho tiempo que vería el anochecer en su patria antes de cruzar al Otro Lado. En esa nueva tierra le aseguraron que pronto se convertiría en un hombre nuevo, y solo rezaba porque la fortuna se pusiera de su parte porque los contactos de allá ya los tenía hechos y los coyotes de acá estaban apalabrados.
Andrés Nogales Maldonado no era un valiente, no le gustaba apostar sino era sobre seguro y después de muchos años buscándose malamente la vida había conseguido reunir lo suficiente para poder dar este paso. A su manera era un tipo metódico, organizado, no le gustaba dejar ningún cabo sin atar. Para ciertas cosas era excesivamente pulcro rayando la neurosis, de esos que cuando escriben repasan el punto de cada "i", y odian que una "o" no esté bien cerrada. Las cosas bien hechas. Por eso para cruzar La Raya con seguridad y llegar al Otro Lado tenía claro que no había que dejar nada al azar, que debía contactar con profesionales, pagarles lo justo en estos casos y mirar hacia adelante sabiendo que había hecho lo preciso para llegar allá y empezar a prosperar.
Andrés Nogales Maldonado esperaba la señal convenida. Volvió a sacar su cartera y contó por enésima vez todo el dinero que llevaba, el pasaporte para la nueva vida. De entre los billetes una foto rasgada cayó al suelo. Se veía un grupo de chicas vestidas de domingo y en el centro destacaba una que sonreía más que las otras. Besó la foto y se la guardó en el bolsillo de la camisa, el que está justo a la altura del corazón. Ella era lo único que echaría de menos mientras estuviera en el Otro Lado, pero también era su motivación para ir allá, triunfar y volver a su patria a buscarla en un gran coche vestido con ropa cara. Entonces sí que se fijaría en él, se daría cuenta por fin de que él era alguien.
Andrés Nogales Maldonado escuchó un aullido sordo y cercano, y supo que el momento había llegado. Distinguió unas sombras en la oscuridad y fue directo a ellas. Tres hombres le esperaban y el más alto de ellos se dirigió a él de forma apremiente.

- ¿Trajo la plata señor?
- 4000, aquí lo tienen todo. Cuenten los billetes, -dijo Andrés sacando el fajo de la cartera.
- No hay problema, está bien. Su cara es de fiar. Ahora confíe usted en nosotros, síganos y le llevaremos directo al Otro Lado.

Andrés Nogales Maldonado miró fugazmente hacia atrás, se tocó el bolsillo de su camisa, esbozó media sonrisa, se santiguó y se fundió en la noche siguiendo a los tres coyotes.


Hombre desnudo e indocumentado, alrededor de 30 años, tez oscura, cabello negro, tatuaje en brazo derecho con un nombre: Evangelina. Pasados los 7 días legales sin que nadie reclame el cuerpo, se procede a su inhumación. Fdo. El Jefe de Policía de Nueva Fortuna.

2 comentarios:

  1. Me ha encantado simplemente. Gracias, me encanta tu blog, entrar y simplemente leer y disfrutar. Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Los textos solo cobran vida si alguien los lee. Muchas gracias por hacerlo.
    Abrazos.

    ResponderEliminar