viernes, 5 de octubre de 2012

Refundación

Sonó el despertador a las 8 como cada mañana. Hoy se hizo la remolona más de lo habitual y dio unas cuantas vueltas antes de levantarse lentamente de la cama. Estiró sus larguísimos brazos y mientras se iba despejando hizo un repaso mental de todas las cosas que le ocurrieron ayer. Fue un día sin un momento de respiro, le había ocurrido de todo y deseaba que hoy la cosa fuera de otra forma. Por un momento dudó qué día de la semana era "¿Jueves o viernes? No, viernes seguro".
Se miró en el gran espejo de cuerpo entero que dominaba el dormitorio y acercó la cara. Escrutó sus facciones y maldijo las incipientes arrugas que asomaban en un rostro aún juvenil. Cerró los ojos y se hizo un leve y rápido masaje sobre los párpados. Los abrió. Mucho mejor. Ahora se veía casi perfecta y para lograr el 10 decidió que tenía que maquillarse y vestirse esmerándose aún más de como solía hacerlo diariamente. "Hoy mataré".
Si algo dominaba en la casa era el enorme vestidor, la Habitación de la Vida como ella la llamaba. Era el lugar donde programaba quién iba a ser ese día y pasaba el tiempo necesario, a veces horas, decidiendo cómo. Lo que siempre tenía claro cada vez que entraba en ese cuarto era que cuando saliera de allí tenía que ser alguien nuevo, una personalidad a estrenar.
Esa mañana se sentía poderosa y eligió la ropa adecuada para acompañar esa sensación de plenitud que la recorría cada palmo de su cuerpo y que le daba la seguridad de conseguir cualquier cosa que se propusiera. "No voy a ser la de ayer, hoy quiero dominar el mundo".
Impecablemente vestida y destilando clase por cada poro de su piel tiró al suelo con desprecio el anodino uniforme que vistió el día anterior, lo pisó altivamente con los taconazos en los que se apoyaban cada una de sus interminables piernas, y pasó por encima del personaje que le tocó representar y que juró que nunca volvería a ser. Se puso una gabardina, cogió un maletín y salió de casa dispuesta a comerse el mundo.


Paró un taxi y el conductor, después de hacerle un rápido examen visual, preguntó: "¿Wall Street señora?" "No a Broadway, Gerswhin Theatre. Rápido, tengo audición a las 10".

2 comentarios:

  1. Muy bueno, según leía mi cabeza me iba haciendo la escena...la chica, que cada uno elija la suya. Un abrazo

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  2. Así es. Intento que las historias sean lo suficientemente abiertas para que cada uno se haga su composición mental ¡Muchas gracias y abrazos, Sillóndepapá!

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