viernes, 21 de diciembre de 2012

Esto se acaba

Llegó el día. Una lástima porque yo tenía el pálpito de que este año sí, que por fin era mi momento, que después de verlo pasar muy cerca me ve iba a tocar por fin el Gordo, y ahora me temo que tendrá que ser en otra vida -¿habrá Lotería de Navidad en el más allá?-. Así que va el mundo y se acaba el día antes del sorteo. Putos mayas. O putos marcianos que les contaron que volverían por aquí a dar una vuelta a todo esto un día como hoy.
En realidad estoy jodido porque hay unas cuantas cosas que no voy a poder hacer, a no ser que me dé mucha prisa hoy. A saber:
Leerme el Quijote por tercera vez (era muy joven en las dos anteriores y no le pillé el puntillo). Sacarme el título de piloto y comprarme un ultraligero. Conseguir que las magdalenas me queden con su altura y esponjosidad exacta, ni muy planas ni que se salgan del molde. Ver a los Stone Roses en directo. Aprender a escribir bien y publicar mi primera novela. Trabajar en lo que me gusta -¿qué es lo que me gusta?- y vivir de ello. Triunfar en el Real Madrid y meter el gol que nos dé la Décima. Rebelarme como un amante supremo superando a mitos como Casanova, Don Juan Tenorio o Mágico González. Hablar copto con fluidez y manejar con soltura SAP (lo primero lo veo más factible). Tocar el bajo mejor que Peter Hook. Hacerme el Camino de Santiago en bici contigo. Contar un chiste que haga gracia. Vivir en un sitio donde no haga frío y tenga el mar cerquita. Comer en Arzak e irme sin pagar. Ser mago y maquinista de locomotoras a vapor...
Y por último pero lo más importante; esto no se puede ir al carajo sin que antes vaya a visitar el Gran Cañón, bajar hasta el río Colorado y gritar desde allí "¡huele a morcilla por favor!".



Hasta mañana amigos. Aquí o más allá.

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